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MC 40 (KD XL):
Quienes han tenido la capacidad de procurarse la máxima confianza con sus vecinos, han vivido en compañía con sumo placer, alcanzando así la garantía más firme, y, por eso, aun cuando hubieran logrado la familiaridad más plena, no han llorado la partida de aquél que entre ellos ha muerto antes, como si de eso resultara al fin algo lamentable.
Aquí nuevamente se alude al propio cuidado de los sentimientos y a la posibilidad desarrollar la confianza (thárros) con los demás. Quienes se procuran la mayor confianza han realizado la exhortación al cuidado de lo que produce la plenitud de la vida y en ese sentido, han llevado a cabo la consecución de la amistad. La “confianza máxima en compañía de sus vecinos” (tò tharreîn málista ek tôn homoroúnton) implica precisamente la amistad, es decir, la “comunidad de aquéllos que se han colmado de placeres (koinonía […] en toîs taîs hedonaîs ekpeplerom<énois>” (D. L, X, 120 b). Se trata de los hombres que obtienen así la “garantía más firme” (tò benaiótaton pístoma) a que se puede aspirar con vistas a la felicidad (cf. KD XXVII y XXVIII).
Pero, Epíkouros remarca lo siguiente: aunque hayan alcanzado ya la “más plena familiaridad” (plerestáten oikeióteta) unos con otros, no padecen la pena con preeminencia frente a la gratitud; por consiguiente, no lloran (ouk odýranto) la muerte de un amigo como cosa que haga recaer en la conmiseración (pròs éleon, cf. también, en un sentido asociado con esto, SV 66) y en lamento, porque están principalmente animados por el recto saber acerca del contento de la vida y la nulidad de la muerte y el recuerdo agradecido de los placeres pasados.
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on 01 abril 2009
at 21:08
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