De la muerte

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LA MUERTE (thánatos)

-Exhortación del maestro Epíkouros: “acostúmbrate a pensar (synéthize nomízein) que la muerte (hò thánatos) es nada (oudén) en lo relativo a nosotros (pròs hemâs)”.
Destaco la segunda máxima capital (KD, II).
Mientras estamos vivos, no se presenta la muerte (propia) y cuando se presenta, ya hemos dejado de ser nosotros (dejado de sentir).
La muerte es carencia de sensibilidad (aísthesis).

-Todo dolor tiene un límite. El más intenso presenta un término en brevísimo tiempo, y el más prolongado alcanza un nivel apenas superior al placer .

-La sentencia vaticana 14 (GV, XIV) nos recuerda lo siguiente: “ya hemos nacido una vez, no es posible nacer dos veces, y conveniente es dejar de vivir para la eternidad Epíkouros hace una exhortación directa a cada discípulo:> pero tú, que no eres de mañana, postergas la felicidad; la vida se consume por el aplazamiento, y cada uno de nosotros, lleno de preocupaciones, muere.”

-La sentencia vaticana 19 (GV, XIX) indica algo importante para la relación gratitud y vida (previa a la muerte): “el anciano que olvida el bien pasado es como si hoy hubiera vivido”. La sentencia vaticana 17 (GV, XVII) añade algo ligado a lo anterior: “no es el joven el contento, sino el que ha vivido bien –a la manera de un grato anciano-, pues el joven, aunque pletórico en el mayor grado, yerra, por su pensamiento alterable a causa de la suerte; entretanto el anciano, en su vejez, ha anclado como en un puerto, aquellos bienes que había esperado antes inciertamente, preservándolos por el seguro medio de la gratitud (kháris)”.
Hay otra sentencia con relación directa con las anteriores. Es la sentencia vaticana 35 (GV, XXXV): “no hay que estropear las cosas presentes por el deseo de las ausentes, sino pensar que las presentes también fueron antes de las que añoramos (cuando ausentes)”.
El temple grato y epicúreo tiende más a agradecer el bien alcanzado o disfrutado más que a ansiar un futuro bien.

- La sentencia vaticana 31 (GV, XXXI) –que es también el fragmento 53 de los atribuidos a Metródoros, según Körte), afirma: “respecto a todas las otras cosas, es posible procurarse seguridad, pero ante la muerte todos los hombres habitamos “una ciudad sin muros””.

-La sentencia vaticana 38 (GV, XXXVIII) muestra una valoración clave para los epicúreos: “el más miserable es aquel para quien hay muchos motivos para rechazar la vida”.

-También hay una relación entre vida mortal e independencia que rechaza la fatalidad a partir de la constante posibilidad de optar. La sentencia vaticana 40 (GV, XL) lo destaca: “quien afirma que todo ocurre necesariamente nada tiene que reprochar a quien dice que no todo ocurre necesariamente, pues eso mismo –según él- ocurriría necesariamente”.

-La sentencia vaticana 48 (GV, XLVIII) propone algo que indica con una imagen la actitud del hombre sabio respecto a la vida (que se emprende y se afirma hasta su término): “tratemos de hacer que lo posterior sea mejor que lo antecedente, mientras estemos en camino; y al alcanzar el límite, que todo sea revisado con grata ”.

-Hay una relación entre término, gratitud y plenitud (bastante). La sentencia vaticana 55 (GV, LV) nos reitera la exhortación: “hay que curar las desgracias por el recuerdo agradecido de lo que se ha perdido, y por el conocimiento de que no es posible deshacer lo sucedido”.
Otras sentencias en relación a este punto o tema son las siguientes:
La sentencia vaticana 69 (GV, LXIX): “la ingratitud psíquica hace al viviente ávido de la ilimitación de las variedades en el modo de vivir”, y la sentencia vaticana 68 (GV, LXVIII): “nada es suficiente para quien lo suficiente es poco ”.

-¿Qué plantea la doctrina epicúrea respecto a quien es presa del miedo? Plantea el efecto de la phobía (impavidez, bloqueo, confusión, desconfianza). “Toda la vida de éste, a causa de la falta de confianza, estará confundida e imposibilitada de seguir adelante” (sentencia vaticana 56 (GV, LVI): “el hombre sabio si es torturado no sufre más que si es torturado un amigo”.

-El hombre sabio (sophós) es la imagen modelo de conducta humana. A la pregunta ¿cómo padece o siente el dolor el sabio? La respuesta está sugerida en la sentencia vaticana 57 (GV, LVII).

-la sentencia vaticana 60 (GV, LX): “al partir de la vida, todo hombre lo hace como si recién hubiera nacido”.

-Es claro a que se opone sobre todo Epíkouros:
“Ingrata a los bienes pasados <=al placer disfrutado> es el proverbio que dice: “Observa el fin de una larga vida”.

Epíkouros sintetiza su indiferencia ante la muerte con estas palabras:
"Así que el más espantoso de los males nada es para nosotros, puesto que mientras somos la muerte no está presente, y cuando la muerte se presenta ya no existimos. En nada afecta, pues, ni a los vivos ni a los muertos, porque para aquellos no está y éstos ya no son [...]. El hombre sabio, en cambio, ni rehúsa la vida ni teme el no vivir, porque no le abruma el vivir, ni considera que sea algún mal el no vivir (D. L., X, 125)".
-El punto es: la naturaleza (la Phýsis) no es violenta o negativa al darse la muerte tal como se da (como dato o facticidad) para los humanos, según sus condiciones propias.

La muerte es un “ya no va más” de la sensación o sensibilidad humana.

-Los amigos se sobreponen a la muerte de un amigo por la conmemoración agradecida de lo ya disfrutado, y por el recuerdo de los bienes pasados y compartidos por parte de los amigos en comunidad (desde la congregación bien entrelazada y persistente).
La congregación de amigos, mientras persiste, es (o sería) un bien inmortal.
-ESQUEMA DE MOTIVOS: qué es muerte (propia) / muerte y sensación / muerte y condiciones propias de la vida mortal / muerte, ingratitud y gratitud / muerte y comunidad / la muerte y el hombre sabio.

This entry was posted on 12 abril 2009 at 7:34 . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

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