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Nace un problema.
Revisaré la emblemática SV 78, cuya significación se ha prestado a diversos enfoques.
Revisaré la emblemática SV 78, cuya significación se ha prestado a diversos enfoques.
SV 78: “El hombre bien concebido se entrega sobre todo a la sabiduría y a la amistad: de éstas, una es un bien mortal; la otra, un bien inmortal".
Un texto fundamental para la cuestión problemática que recojo:
SV 78, Gnom., LXXVIII: ho gennaîos perì sophían kaì philían málista gígnetai ón tò mén esti thnetón agathón tò dè athánaton.
Tal es el texto que colecta Marcel Conche, con quien estoy de acuerdo en muchos de los puntos. La traducción de Conche al francés es la siguiente:
“L’ homme bien né s’adonne surtout à la sagesse et à l’amitié: desquelles l’une est un bien mortel, l’autre un bien inmortel”.
Siguiendo la traducción de Conche, una versión en español propondría:
“El hombre bien nacido se entrega sobretodo a la sabiduría y a la amistad: de ellas, una es un bien mortal; la otra, un bien inmortal”.
La expresión ho gennaîos (l’homme bien né) indica, según pienso, a quien está a la altura de su tradición (de la naturaleza y de lo mejor de su cultura).
Después retomaré el restante texto de la sentencia (se entrega sobretodo -s’adonne surtout à-), pero ahora me interesa partir del comentario de Marcel Conche:
El bien inmortal (lo inmortal –tò athánaton-) sería la sabiduría (sophía): así lo plantean: Diano (Ethica, 148); Schmid (Epikur, 723); Arrighetti.
Para Bignone (Epicuro), Bailey y Festugière (p. 57), el “bien inmortal” sería la amistad (philía).
Aparte, Jean Bollack interpreta la sentencia introduciendo noetòn por thnetòn, Actes Budé, pp. 233-236).
Conche sostiene: un amigo no es, sino que ha sido nuestro amigo.
Esto último es contrario al original tono epicúreo, para el cual la imagen admirada y venerada se mantiene viva en la memoria, lo cual se une a que “recordar (o conmemorar) el placer pasado resulta placentero”.
Para mí, el tono epicúreo está dado por el hecho que la felicidad (eudaimonía) y el vivir de modo pleno (makários zên) están dados por una sana memoria que rebosa de gratitud al haber amarrado a puerto seguro los bienes que antes quiso y que ha experimentado.
SV 78, Gnom., LXXVIII: ho gennaîos perì sophían kaì philían málista gígnetai ón tò mén esti thnetón agathón tò dè athánaton.
Tal es el texto que colecta Marcel Conche, con quien estoy de acuerdo en muchos de los puntos. La traducción de Conche al francés es la siguiente:
“L’ homme bien né s’adonne surtout à la sagesse et à l’amitié: desquelles l’une est un bien mortel, l’autre un bien inmortel”.
Siguiendo la traducción de Conche, una versión en español propondría:
“El hombre bien nacido se entrega sobretodo a la sabiduría y a la amistad: de ellas, una es un bien mortal; la otra, un bien inmortal”.
La expresión ho gennaîos (l’homme bien né) indica, según pienso, a quien está a la altura de su tradición (de la naturaleza y de lo mejor de su cultura).
Después retomaré el restante texto de la sentencia (se entrega sobretodo -s’adonne surtout à-), pero ahora me interesa partir del comentario de Marcel Conche:
El bien inmortal (lo inmortal –tò athánaton-) sería la sabiduría (sophía): así lo plantean: Diano (Ethica, 148); Schmid (Epikur, 723); Arrighetti.
Para Bignone (Epicuro), Bailey y Festugière (p. 57), el “bien inmortal” sería la amistad (philía).
Aparte, Jean Bollack interpreta la sentencia introduciendo noetòn por thnetòn, Actes Budé, pp. 233-236).
Conche sostiene: un amigo no es, sino que ha sido nuestro amigo.
Esto último es contrario al original tono epicúreo, para el cual la imagen admirada y venerada se mantiene viva en la memoria, lo cual se une a que “recordar (o conmemorar) el placer pasado resulta placentero”.
Para mí, el tono epicúreo está dado por el hecho que la felicidad (eudaimonía) y el vivir de modo pleno (makários zên) están dados por una sana memoria que rebosa de gratitud al haber amarrado a puerto seguro los bienes que antes quiso y que ha experimentado.
La gratitud (en griego: kháris) sería eje de la reflexión en torno a la interpretación de lo inmortal (tò athánaton), según los distintos enfoques en la doctrina epicúrea. Ya volveré luego sobre este punto.
Leo el comentario de Marcel Conche: la sabiduría (sagesse), al contrario, por la verdad que comprende (par la verité qu’elle enveloppe), se funda sobre lo que no sabría perecer (périr). Las palabras de Epíkouros, según Lucretius, son las más dignas de vida eterna, perpetua semper dignissima vita, III, 13; tal es el motivo por el que el poeta dice: que <Epíkouros> fue el primero en encontrar esa regla de vida llamada sabiduría (sagesse), sapientia, V, 9-10. Comentario: la regla de vida es kritérion, criterio, lo que señala términos, límites, y permite discernir regularidades (propiedades) y, a la vez, atender lo contingente (muchas veces impredecible).
(Nota agregada: ¿pero por qué Epíkouros, quien en general se mantiene fiel al criterio cognoscitivo del canon (sensaciones, sentimiento, prenoción), habría de insistir en asociar “lo inmortal” al ejercicio de la philía (amistad)? Esto ocurriría, en parte, por los valores preeminentes del sabio ateniense (memoria, gratitud, fidelidad, provecho de la amistad, veneración, piedad); en parte, por la influencia de su edad (ha llegado a ser anciano); también, porque sólo la comunidad (koinonía) se realiza al modo de una conspiratio amoris que se da sub specie aeternitatis).Además, sólo la philía nos procura la posibilidad de preservar nuestra imagen, y bastante seguridad (aspháleia) como para “vivir como un dios”.
Leo el comentario de Marcel Conche: la sabiduría (sagesse), al contrario, por la verdad que comprende (par la verité qu’elle enveloppe), se funda sobre lo que no sabría perecer (périr). Las palabras de Epíkouros, según Lucretius, son las más dignas de vida eterna, perpetua semper dignissima vita, III, 13; tal es el motivo por el que el poeta dice: que <Epíkouros> fue el primero en encontrar esa regla de vida llamada sabiduría (sagesse), sapientia, V, 9-10. Comentario: la regla de vida es kritérion, criterio, lo que señala términos, límites, y permite discernir regularidades (propiedades) y, a la vez, atender lo contingente (muchas veces impredecible).
(Nota agregada: ¿pero por qué Epíkouros, quien en general se mantiene fiel al criterio cognoscitivo del canon (sensaciones, sentimiento, prenoción), habría de insistir en asociar “lo inmortal” al ejercicio de la philía (amistad)? Esto ocurriría, en parte, por los valores preeminentes del sabio ateniense (memoria, gratitud, fidelidad, provecho de la amistad, veneración, piedad); en parte, por la influencia de su edad (ha llegado a ser anciano); también, porque sólo la comunidad (koinonía) se realiza al modo de una conspiratio amoris que se da sub specie aeternitatis).Además, sólo la philía nos procura la posibilidad de preservar nuestra imagen, y bastante seguridad (aspháleia) como para “vivir como un dios”.
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on 29 marzo 2009
at 7:30
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