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En cuanto a su génesis, la philosophía de Epíkouros surge de dos modos complementarios: por una parte, su pensamiento es heredero de la physiología atomista de Demókritos, y pertenece a una tradición claramente distinta de la que va de Sokrátes a Teóphrastos; por otra, se destaca su llegada a Athéna en la época de pleno florecimiento del Lýkeion (año 306 a. de J.C.), su instalación definitiva en esa ciudad, al mismo tiempo que su propia doctrina está en desarrollo; y el hecho de que sus diferencias respecto a la Akadémeia (Academia) y al llamado “primer Aristotéles” lo llevan a tomar posición en relación a las reflexiones éticas de los dos mayores escritores sobre política en la época clásica, Pláton y Aristotéles, cuyas teorías le permitirán precisar su propio punto de vista. Como principio base, la doctrina de Epíkouros concede una importancia preeminente a la philía. Se destaca sí, de hecho, que la propuesta hedonista reinterpreta el valor de la amistad a la luz del concepto de placer (hedoné)[1]. En efecto, la amistad delimita las preocupaciones, a la vez que se concentra en lo presente, preserva el grato recuerdo y la esperanza de la posible satisfacción. Luego ella promueve comunidad, logrando que los individuos contribuyan a un recíproco placer.
En cuanto a su génesis, la philosophía de Epíkouros surge de dos modos complementarios: por una parte, su pensamiento es heredero de la physiología atomista de Demókritos, y pertenece a una tradición claramente distinta de la que va de Sokrátes a Teóphrastos; por otra, se destaca su llegada a Athéna en la época de pleno florecimiento del Lýkeion (año 306 a. de J.C.), su instalación definitiva en esa ciudad, al mismo tiempo que su propia doctrina está en desarrollo; y el hecho de que sus diferencias respecto a la Akadémeia (Academia) y al llamado “primer Aristotéles” lo llevan a tomar posición en relación a las reflexiones éticas de los dos mayores escritores sobre política en la época clásica, Pláton y Aristotéles, cuyas teorías le permitirán precisar su propio punto de vista. Como principio base, la doctrina de Epíkouros concede una importancia preeminente a la philía. Se destaca sí, de hecho, que la propuesta hedonista reinterpreta el valor de la amistad a la luz del concepto de placer (hedoné)[1]. En efecto, la amistad delimita las preocupaciones, a la vez que se concentra en lo presente, preserva el grato recuerdo y la esperanza de la posible satisfacción. Luego ella promueve comunidad, logrando que los individuos contribuyan a un recíproco placer.
Al tiempo de compartir mutuamente la philía, cada cual experimenta que la instancia placentera se recuerda, se resguarda y se agradece. Entre los amigos queda acotada la eficacia de la inseguridad, impidiéndose la creencia que insiste en la prolongación del dolor. Por ende, la philía permite asociar al trato entre los hombres un incremento de estabilidad.
Desde otra perspectiva, aun cuando Epíkouros pone de relieve la amistad, tal como antes hizo Aristotéles[2], su doctrina naturalista añade un marco caracterizado por la certeza y la finitud. La valoración metafísica de la philía deja lugar entonces a la ingerencia física de la confianza (kháris) y a la sensible evidencia del provecho (khreía). La práctica de la amistad rememora ahora un límite para el individuo y, en efecto, se resiste a soslayar la experiencia del intercambio entre los hombres. Comparada con la doctrina aristotélica, tiende a remarcar la utilidad inmanente de la comunidad (koinonía), cuando se desarrolla bajo el afecto mutuo. Además, Epíkouros le concede un alcance más amplio a la amistad –como fundamental ingrediente de la felicidad (sin distinción social o de estirpes)-, lo que lo lleva a superar el habitual nexo entre philía y aristocracia. Al mismo tiempo, la doctrina epicúrea le señala un principio menos difícil de realizar, en contraste con la compleja práctica de la vida contemplativa (bíos theoretikós).
[1] Como fin congénito y connatural del comportamiento de los seres humanos.
[2] En lo referente a la vinculación entre amistad y placer, podemos indicar que Epíkouros no parece haber conocido los análisis del placer contenidos en la Ética a Nicómaco (Nikomákhou), ni tampoco las críticas hechas contra el placer-movimiento (hedoné kinetiké), hechas en la Academia y por lo que se denomina “el primer Aristóteles”, en la línea del Phílebos (Filebo). Se sabe que Aristotéles retomará esa idea del placer como movimiento en la Ética a Nicómaco, X, 2, criticando a Speussípos. Este desconocimiento de Epíkouros ha sido constatado y descrito por C. Diano en un comentario aparecido en el Giornale critico della filosofia italiana, de 1939 a 1942.
[1] Como fin congénito y connatural del comportamiento de los seres humanos.
[2] En lo referente a la vinculación entre amistad y placer, podemos indicar que Epíkouros no parece haber conocido los análisis del placer contenidos en la Ética a Nicómaco (Nikomákhou), ni tampoco las críticas hechas contra el placer-movimiento (hedoné kinetiké), hechas en la Academia y por lo que se denomina “el primer Aristóteles”, en la línea del Phílebos (Filebo). Se sabe que Aristotéles retomará esa idea del placer como movimiento en la Ética a Nicómaco, X, 2, criticando a Speussípos. Este desconocimiento de Epíkouros ha sido constatado y descrito por C. Diano en un comentario aparecido en el Giornale critico della filosofia italiana, de 1939 a 1942.
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on 29 marzo 2009
at 12:35
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