El tono epicúreo: tal como un dios entre los hombres

Posted by Carnets

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Del filósofo Epíkouros:
D. L., X, 135:
"Vivirás como un dios entre los hombres".
Marcel Conche recoge: zéseis dè hos theòs en anthrópois.
R. D. Hicks recoge: zéseis dè hos theòs en anthrópois.

Hay una continuación: (y). Lo que antecede la frase es: “nunca, ni despierto ni en sueños, sufrirás perturbación (tarakhé)”.

Comentario: la expresión sintética y poética es: hos theòs en ánthrópois (como un dios entre los hombres). Esa misma expresión refiere a las cualidades de lo divino: áphtharton kaì makárion.
El sentido puede leerse desde un cariz de logro negativo: sin lamentar, sin desaparecer.
También puede interpretarse como un punto de doble superioridad: inmortal y pleno.

Comentario: la expresión “en anthrópois” puede cotejarse a la KD VI “héneka toû tharreîn ex anthrópon…” (Con el fin de obtener seguridad de los hombres”). Precisamente, el “vivir como un dios” no se da derivado de los hombres, sino entre ellos (o sea: en vida, en comunidad, con compañía, y compartiendo). La imagen sugiere al sophós (traducido como “sabio”), característicamente autárquico, preservando lo necesario y mostrándose capaz de ceder todo lo accesorio como regalo, manteniendo en sí el pleno contento, y preparando de sí el inmortal recuerdo (junto a otros hombres). La expresión “en ánthrópois” indica entre ellos (también: con, ante y conforme a: los demás).

Comentario: el verbo que articula la frase es zéseis. Se trata del futuro (zéso) del verbo záo (zóo).
Está en segunda persona singular (tú) y alude a: estar en vida; vivir de una cierta manera; mantenerse viviendo; sustentarse; vivificar y estar en vigor.
Otra vez, Epíkouros insiste en que el modelo de plenitud se logra preservando ante sí mismo la imagen de las cualidades divinas, y mostrándole “veneración”, esto es, vivificándolas de continuo (practicando el objetivo: áphtharton kaì makárion) (esto implica como rasero: sin desfallecer, con integridad).
De alguna manera, hay una ficción de télos (de: objetivo de realización) en el hombre autárquico y es la venerable imagen de lo que es divino. Justamente, theón es lo que merece mantenerse ante la vista (theoreîn).
El hombre que a sí mismo se da control y orientación, opta por un objetivo (ya que sospecha que cada cual requiere, aun sin saberlo, objetivos). El objetivo filosófico está dado por vivir entre humanos (en relaciones, siempre en un medio, dispuesto a rebasarse en pro de otros) vivificando lo más digno, eso a lo que se llamó originariamente “divino” (hacia lo que confluyen: autarquía, sabiduría, gratitud, satisfacción, contento, justicia, liberalidad, confianza, ausencia de miedo).

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