Poética de la lucidez

Posted by Carnets

"Que el mar me pase entero por encima, /
como cuando se pisa un insecto extraviado. /
Que la muerte se ría de mi fiel juramento. /
Nada me importa el mar ni el sacrificio. /
Juro que soy el ventarrón
que limpia el mundo de alto a bajo,
y juro por la cólera del trueno /
que tú pariste al hombre para vivir en él, /
porque tuyo es el aire que sopla el pensamiento /
del hombre. El aire irrespirado y puro".

Clamar por verdad, clamar a dios. Clamar para alcanzar silencio.
Hora en que soy ola sin nostalgia del mar.
Que el mar me aplaste, tal como se aplasta al insecto que huye.
Ya no me obliga la muerte: ni mar ni sacrificio. No observo el horizonte desde el acantilado.
Me vuelvo mudo y pétreo acantilado, del que otro observará su horizonte, mientras se borra con el sol (pues con el sol de cada día, se extingue el horizonte y caen Ícaros).
Me he vuelto ventarrón: frío, penetrante, irrespirado; aire depurándose.
Del aire, yo; recogido y soltado por las gentes, soy un aire que se aleja: el aire irrespirado.
El aire que sopla y levanta polvo de siglos.
En mí sopla el viento de los años.
El alma es combstible, el pensamiento es chispa.
Cuando la lucidez me ponga al descubierto, mi cuerpo será el viento ante esa chispa.
Habrá luego una chispa cuyo ardor será creciente en el preciso instante antes de apagarse...
He sido un aire irrespirado y puro.
Puro, contra propia voluntad.

This entry was posted on 14 enero 2010 at 5:29 . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

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