De la protección de la sabiduría y de la lucidez

Posted by Carnets

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La atalaya premunida, firme, menos permeable o frágil; más coherente. Es bene munita. Se contempla desde una posición, flanqueada de ella. La sabiduría es, entonces, continente.
La doctrina epicúrea busca principalmente “contención” (imagen de ella es también la vasija sin fisuras o agujero).

En el caso de traspasarla algo, que su impacto sea suave. Tal cosa es lo recomendable (como se dice del amor que franquea el pecho, al modo de un continuo gotear de agua sobre la roca).
Suave (y dulcis: agradable, plácido, sin acritud) es el choque entre átomos lisos, el roce; el contacto menos desestabilizador, el más afín, surgido de posición conveniente. Lo que es suave indica una percepción desprovista de daño: en consecuencia, una llana disposición de afecto.

Aquí hay algo que se aprecia cuán suave es, y corresponde a la pregunta: de qué modo se observa la afanosa ocupación de los hombres.

Comentario: no se alude a qué es de suyo apacible (como calificando una sustancia: lo que se ve), sino al modo en que más o menos afecta (sensual y psicológicamente); se apunta a una variable relación que hay con ella (según se aplique el criterio cognoscitivo de inmediatez y se preserve la posición de los elementos necesarios).
La sensación lúcida exige discernimiento de los datos que se presentan y de las regularidades que confirman algo persistente y eterno de los límites naturales (movimiento, espacio, agregaciones de corpúsculos en ensayos).

Ubicación: versos 7-8, segundo libro, De rerum natura.
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¿Qué enseña el conocimiento que Lucretius asocia a la sabiduría?
Comentario:
Parece ser que se trata de: orientación, orden, prioridades, medida, términos, marcos específicos, límites, principios.

This entry was posted on 25 marzo 2009 at 19:30 . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

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